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sábado 27 de septiembre de 2025

El Arquitecto de Dios

Uno de los más grandes arquitectos, no sólo de España sino del mundo entero, ha sido, sin lugar a dudas, Antoni Gaudí y Cornet, a […]

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Uno de los más grandes arquitectos, no sólo de España sino del mundo entero, ha sido, sin lugar a dudas, Antoni Gaudí y Cornet, a quien han bautizado como “el arquitecto de Dios”.

Esto por la belleza y calidad de sus obras arquitectónicas, pero también por la vida que llevó consagrada a su trabajo y dedicada siempre a Dios como el gran creador del todo.

Gaudí nació el 25 de junio de 1852 en la población de Riudoms, Cataluña. Fue el menor de cinco hermanos, de los que solo tres llegaron a la edad adulta. Su padre fue un afamado industrial calderero, cuyos diseños lo hicieron célebre en la comarca y llegaron hasta Barcelona. En ese ambiente fue que creció Antonio, observando y participando en los trabajos que en el taller familiar se realizaban. Está situación despertó su interés en el diseño.

Otra de las particularidades de este genio fue que desde niño mantuvo un interés especial en la naturaleza. De hecho, sus observaciones generaron, en un momento dado, una comunión entre el arte y su labor como arquitecto, situación que podemos apreciar en todos sus trabajos, ya sean los grandes y monumentales, hasta los más pequeños: en todos, siempre vamos a encontrar ese punto de unión entre lo místico, la naturaleza y el diseño.

Desde su época de estudiante, fue notorio su sentido innato en la geometría y el volumen, algo que aún hoy en día no puede ser alcanzado por muchos arquitectos e ingenieros, pues su desarrollo exige una capacidad de observación fuera de lo común y una sólida formación en la ciencia geométrica. Se dice que Gaudí pasaba días enteros proyectando mentalmente la mayoría de sus obras, hasta pasarlas a los planos y posteriormente desarrollar sus maquetas tridimensionales.

Cada obra que llevaba a cabo no se concretaba únicamente al diseño del proyecto y su construcción, pues en su perfeccionismo atendía hasta los más mínimos detalles del equipamiento y funcionalidad de cada elemento en su construcción.

Gaudí murió a consecuencia de un accidente de tránsito al ser arrollado cuando saliendo de misa, cuando se dirigía a su trabajo en la Basílica de La Sagrada Familia. Eso fue el 10 de junio de 1926, y su máxima obra todavía hoy sigue construyéndose.

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