
HUNTSVILLE, Texas, EE.UU. (AP) — Escenas caóticas se produjeron fuera de la cámara de ejecuciones en Texas, cuando el hijo del hombre condenado golpeó las ventanas, gritó obscenidades y dio puñetazos al aire después que su padre dijo sus últimas palabras.
Billie Wayne Coble, un veterano de la guerra de Vietnam que mató a los padres y hermano de su esposa, de quien estaba separado y que en 1989 amenazó con matarla también, dijo a los cinco testigos _a los que había escogido para presenciar su ejecución_ que los amaba.
Sus últimas palabras fueron «cuídense».
En ese momento, su hijo, un amigo y la nuera, altamente conmovidos, empezaron a arrojar puñetazos y puntapiés hacia otros testigos. Los agentes penitenciarios intervinieron y finalmente los arrastraron a un patio, donde esposaron a los hombres y los arrestaron bajo el cargo de resistencia.
«¿Por qué lo hacen?», preguntó la mujer. «¡Acaban de matar a su papá!», agregó.
Mientras tanto, Coble recibía una dosis de pentobarbital. El condenado jadeó y empezó a roncar en la cámara de ejecución de la penitenciaría estatal en Huntsville. Fue declarado muerto 11 minutos después, a las 6.24 de la tarde.
A sus 70 años, Coble fue el preso de mayor edad ejecutado por Texas desde que se volvió a aplicar la pena capital en 1982. Fue condenado por matar a tiros en agosto de 1989 a Robert y Zelda Vicha y su hijo Bobby Vicha en distintas viviendas en Axtell, al norte de Waco.