Una mujer que formó parte del equipo de la campaña electoral de Donald Trump acusó al ahora presidente de Estados Unidos de haberla besado sin su consentimiento el 24 agosto de 2016 en un evento realizado en Tampa, Florida.
Al tiempo que el presidente Trump viajaba hacia Hanoi, donde celebrará una cumbre con el líder norcoreano Kim Jong-un, la Casa Blanca negó el señalamiento de Alva Johnson, una afroestadoundense de 43 años, madre de cuatro hijos, sobre el presunto comportamiento inadecuado del magnate.
En un diálogo con el diario The Washington Post, Johnson, que presentó una demanda legal contra el mandatario, contó que Trump la tomó de la mano e intentó besarla con fuerza en los labios, pero con rapidez logró girar la cabeza y el beso se posó en un lado de la boca.
El hecho se suscitó cuando el millonario neoyorquino se estaba retirando del lugar en un vehículo usado para la campaña presidencial.
«Logré dar vuelta la cabeza y así evité ese beso asqueroso e inapropiado en los labios, y sólo llegara a un lado de mi boca», dijo Johnson. «Me sentí violada de inmediato porque no me lo esperaba y no lo quería», añadió la demandante.
«Puedo ver todavía sus labios dirigirse hacia mi rostro», contó la mujer, quien precisó que el hecho tuvo dos testigos, un empleado de la campaña y la exfiscal de Florida Pam Bondi, pero ambos negaron el hecho en declaraciones al diario.
Johnson advirtió lo sucedido de inmediato a su novio y a sus padres, y los tres confirmaron el relato.
La vocera de la Casa Blanca, Sarah Sanders, rechazó con énfasis las acusaciones de Johnson, al señalar en un comunicado que «este episodio absurdo nunca sucedió y es claramente desmentido por los relatos de varios y altamente creíbles testigos oculares».
Johnson decidió dar a conocer por primera vez el caso cuando, en octubre de 2016, se difundió un video más antiguo, en el cual el magnate republicano afirmaba que las personas poderosas como él podían permitirse besar y tocar a las mujeres sin consentimiento.