Mientras la noche del 15 de septiembre es una celebración para millones de mexicanos, para los trabajadores de Servicios Urbanos de la Ciudad de México es un día muy atareado, pues tienen que trabajar contra el reloj y en menos de hora y media levantar las 150 toneladas de basura que dejan los asistentes.
Mientras los visitantes del Zócalo capitalino disfrutaban la verbena, en la Plaza Tlaxcoaque, cientos de empleados de limpieza se dieron cita desde las 20:00 horas, esperando a que terminara el grito y la multitud se retirara.
Tras dos horas de espera, hombres y mujeres, vestidos con ropa color amarillo y armados con escobas y botes para recoger la basura, avanzan en fila con el objetivo de llegar al primer cuadro de la ciudad, hicieron una parada en la esquina de 20 de Noviembre y República de Uruguay, sólo alcanzaron a escuchar por las bocinas el “Viva México”, que gritó el presidente Enrique Peña Nieto y los aplausos y chiflidos de los asistentes celebrando la conmemoración del Grito de Independencia.
Este año, fue el primero en que la señora Mari trabajó en la limpieza de la plancha del Zócalo; recuerda que en años anteriores había asistido como espectadora del desfile, que se hace un día después del Grito, pero desconocía todos los trabajos que se realizan antes, durante y después de los eventos, para que todo quede limpio.
“Tenemos que dejar limpio antes de que lleguen los militares, dicen que es pesado porque es muy rápido, pero yo creo que lo cansado es estar esperando a que termine el evento y se vaya la gente, yo he venido varios años a los festejos y al desfile, pero no me había dado cuenta de los esfuerzos que tienen que hacer tantas personas”, comentó.
Las señoras Guadalupe y Olga entraron sorprendidas a la Plaza de la Constitución, aunque no era su primera vez, aseguran que siempre es impresionante ver la basura que queda cuando todas las personas se han ido, pero también fascina ver la iluminación de los edificios, a los policías y militares que terminan sus actividades.
“Está bien padre ver cómo los policías y militares se forman, se dan órdenes y comienzan a marchar, aunque venimos a trabajar, también nos divertimos viendo este espectáculo que no muchos se quedan a ver”, dijo Olga, quien, sin dejar de barrer, observaba a los militares y personal del Estado Mayor Presidencial, que hacían los preparativos para el desfile del 16 de septiembre.
Mientras unos barrían e iban acumulando la basura en distintos puntos del Zócalo, otros recogían los residuos para echarlos en botes: bolsas de plástico, platos de unicel, botellas de agua, fueron los desechos que en general se levantaron del lugar.
En menos de dos horas, las inmediaciones del Palacio Nacional quedaron completamente limpias, 800 personas fueron las encargadas de asear el cuadrante del Tacuba a Izazaga y de Correo Mayor a 5 de febrero, además se utilizaron 25 vehículos para la recolección de desechos, 10 barredoras, dos pipas y una grúa, mismas que entraron después de que el ejército de hombres y mujeres terminaron de barrer y recoger la mayoría de los residuos.
El subdirector de Limpia del Centro Histórico de la Dirección General de Servicios Urbanos de la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México, Jesús Cruz, indicó que tienen que entregar la explanada completamente limpia antes de que lleguen a colocar las gradas finales, pues si terminan después, las autoridades federales, les impiden continuar con su trabajo.
Cerca de las 04:30 horas de este 16 de septiembre, el sitio fue entregado a personal del Estado Mayor Presidencial, que se hizo cargo del dispositivo de ingreso a la plancha del Zócalo para continuar con las celebraciones por el 206 aniversario del inicio de la Independencia de México.
Este viernes por la mañana, otro grupo de limpieza, integrado por cientos de hombres y mujeres, se instaló sobre las calles aledañas a la Plaza de la Constitución —avenida Juárez y Paseo de la Reforma—, y en cuanto pasó el último contingente del desfile militar, les siguieron el paso para recoger la basura que dejaron los espectadores.