El humo salió de su boca y circuló por el espacio, mientras un rayo de luz caía en su mejilla, y el sol se reflejaba en sus pupilas, así es como Fernanda disfrutó de un porro, churro o toque de marihuana, salvo otras denominaciones propias de cada usuario, en los pasillos de su patio. Así comienza la historia de una profesionista potosina consumidora del estupefaciente.
La comunicóloga, de 33 años de edad, quien es funcional en sociedad, narró que su primera experiencia con el “orégano” llegó a los 16 años, por curiosidad y para andar ‘cool’, sin embargo, no fue tan genial.
Pese a la mala experiencia primaria, recalcó que no es algo que se aprende o te “expliquen cómo se hace”, no obstante, años después –para su fortuna- amigos les explicaron la forma correcta de fumarse un “churro” de cannabis.
Una vez degustado el producto, descartó haber visto elefantes rosas como lo asumen las masas, sino que en aquel momento brotó un estado de relajación total, acompañado de una abstracción, simplicidad y un sobre exceso por reír.
Fer considera que el consumo de marihuana es tan simple y llano como: “Sentarme a ver Neltflix todo el día y comer pizza. Es como un premio”.
Enfatizó que en su infancia vivió en la colonia Prados Segunda Sección, ubicada al oriente de la capital, hogar donde sus padres le advertían: “No te vayas por ahí porque hay marihuanos”, es decir, los malvivientes son adictos, explicó
No obstante, al paso de los años los consumidores pasaron de ser aquellos pandilleros de la esquina, a ser personas tranquilas. Los marihuanos son psiquiatras, médicos, diseñadores, entre otros profesionistas, los cuales son funcionales en sociedad, recalcó.
“La verdad es que la primera vez fue en una fiesta con una amiga que conocía y un desconocido: fue como muy irresponsable de mi parte. La primera vez no sentí nada. Yo creo que lo hice todo mal”.
¿Cómo has logrado que la mariguana no te afecte en tu vida diaria, en tu productividad y en tu organismo?
-Yo diría que es control y responsabilidad. Una vez que aprendes los efectos de la droga, sabes qué puedes hacer y que no puedes hacer cuando estás drogado.
Entre risas por prestarse a revelar los secretos a voces de la hierba, Fernanda puntualizó que el consumo del enervante se va relegando en una actitud meramente lúdica; de fin de semana “¡como cuando te tomas una chela!”
Sobre la posibilidad de aumentar los gramos de posesión del narcótico, expuso que hace falta replantear la política de drogas en México, y de dónde viene la ideología prohibicionista. Asimismo, la necesidad de saber cómo se consume, distinción de drogas, efectos y adicciones, pues satanizarla diciendo que es mala, no sirve, alegó.
“Toda la semana trabajé un montón: me merezco un porro, sentarme a ver Netflix todo el día y comer pizza. Es como un premio, no lo ves como algo que haces todos los días”, señaló.
Por otra parte, Enrique, diseñador gráfico de 34 años de edad, otro consumidor potosino, comentó que desde hace 10 años ingiere la hierba, teniendo contacto en su etapa como universitario, esto, cuando unos amigos le ofrecieron una probadita, que a la postre lo cautivó.
Pese a su historial añejo de consumo, relató que ha habido años en que no fuma el enervante, sin embargo, también hay temporadas en que consume diariamente.
Aseveró que pese a ingerir cannabis, y como muchos conservadores y la propia Iglesia Católica pensarían, nunca se ha visto inmiscuido en un acto ilícito, así como tampoco sus amigos o personas cercanas que gustan de la droga.
“Las personas que roban casualmente consumen, pero generalmente los que consumen no tienen por qué robar (…) Yo he conocido personas que son adictas reales a la marihuana, pero siguen siendo personas funcionales, productivas y que pagan impuestos”, señaló.
¿Cómo le has hecho para que la marihuana no genere problemas en tu vida?
-Básicamente, conocimiento acerca de las drogas. O sea, creo que eso es una parte fundamental. Si supiéramos que hace la droga, el control de riesgos…estaríamos del otro lado como país”, valoró.
La salida a los problemas de seguridad, no es legislar la marihuana
En entrevista, Alejandro Alfonso Poiré Romero, decano de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), valoró que las problemática de falta de seguridad se resolverán
cuando existan policías debidamente preparados, equipados y evaluados en los controles de confianza.
El ex titular de Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) durante el sexenio calderonista, opinó que la regulación del enervante en México debe enfocarse desde una perspectiva de salud pública, aspectos fármaco-medicinales y posiblemente sobre su uso individual entre la ciudadanía.
“Lo que es muy preocupante o que sería muy preocupante, es que pensemos que esa es la salida a nuestros problemas de seguridad. Esa es una puerta falsa para los temas de seguridad”, sentenció.
Valoró que el concepto de querer legalizar la droga para darle un golpe al narcotráfico, es una percepción equivocada, pues el tráfico ilegal de las drogas tiene un precio exagerado porque hay un mercado consumidor: el de los Estados Unidos de Norteamérica.
Alfonso Poiré enfatizó que la marihuana “ni siquiera” es la parte fundamental de las ganancias multimillonarias de los carteles del crimen organizado.
¿México está preparado para alcances sobre la legislación de la marihuana?
-Ha habido un avance en cuanto a la legislación de los estupefacientes. Durante el Gobierno del presidente Calderón se ampliaron los límites mínimos que se permitía a una persona tener en posesión.